El que tiene imaginación, con qué facilidad saca de la nada un mundo.
Gustavo Adolfo Bécquer.
JAVIER (7 años): – Mamá, mira lo que me ha comprado el abuelo.
YO: – Es muy bonito. Hay que ver lo bien que te conoce…
JAVIER: – ¿Sabes lo que es?
YO: – Dímelo tú.
JAVIER: – Es un coche con globo… ¡para que pueda volar!
YO: – ¿En serio?
JAVIER: – Sí, no lo ves, lleva atado el globo y por eso puede volar.
Y diciendo esto, cogió el coche con globo y voló con él hasta su habitación.
¡Creo que mi hijo Javier ya tiene edad de disfrutar leyendo «El principito»!
La imaginación de un niño, cuya fuerza tantas veces se pierde de adultos, nos da unas cuantas lecciones, entre las cuales la clarividencia de hallar en las cosas más cotidianas y aparentemente vulgares los elementos necesarios para crear un mundo nuevo. Bravo por Javier.
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