La «cata» de la ignorancia

La estupidez tiene un cierto
encanto del que la ignorancia carece.
Frank Zappa

Anoche en Top Chef, esa especie de talent show que intentan vendernos como reality, pero que tiene más trampas que un Cluedo, se escenificó con claridad la máxima televisiva actual: no hay ignorancia que no pueda ser rentabilizada al máximo.

Yo no veo mucho la televisión, es una pena, porque dedicándome a lo que me dedico, esta afirmación suena a paradoja mal avenida. Pero es que me lo ponen tan fácil desde las cadenas de televisión, que claro, desconecto del mundanal ruido televisivo con total tranquilidad. Quizá si viera más la televisión entendería más cosas, que no mejor, pero de verdad que no me interesan esos saberes envueltos en celofán catódico.

Bueno, a lo que iba, que ayer me planté frente al televisor para ver una nueva entrega del programita de marras, porque en los avances que han ido poniendo toda la semana en la cadena se insinuaba que un grupo de «famosetes» iban a actuar de pinches de cocina para los concursantes de Top Chef, y que entre ellos estaría Cristina Pedroche vanagloriándose de no saber lo que era una berenjena. Así, tal cual.

cesta berenjenas
Aquí unas berenjenas, para quienes no las conozcan…

Hombre, uno ve este tipo de cosas en una autopromoción que está montada para incitar al espectador a ver el espacio objeto de esa pieza publicitaria y te pica la curiosidad. ¿Será verdad que esta mujer no sabe lo que es una berenjena? ¿Forma parte de una broma que ha sido fragmentada en postproducción para «añadir valor» a la emisión del programa?

Vale, no son preguntas que vayan a cambiar nuestra percepción del universo ni nada parecido, pero son el tipo de preguntas que me hacen encender la televisión e incluso ponerme a escribir al día siguiente.

El caso es que sí, que la señora en cuestión no tenía idea de lo que era una berenjena, cosa que repitió unas cuantas veces quizá buscando hacer gracia o darle a su paso por el programa un cierto encanto. Pero la verdad es que a mí me pareció vergonzoso. Y me lo pareció no porque no supiera qué es una berenjena -que es algo subsanable de manera sencilla- sino porque al programa le pareciera fantástico tener a alguien así entre las cocinas, y eso no es subsanable de ninguna forma.

top chef
Aquí una presentadora de televisión metida en un berenjenal

Resulta que nos escandalizamos con los abusos que se cometen con el Photoshop, esa herramienta que sirve para trastocar la identidad de la gente, haciendo que parezcan otras personas, mas bellas, jóvenes y lozanas. Y sin embargo, nada decimos del caso contrario, de la tendencia a usar los programas de televisión como espejo fiel de quienes somos, tratándonos de vender que todos cuantos asoman a esa pantalla son así de verdad, tal y como les vemos. Lo llaman «naturalidad», pero es como los euros de chocolate. Estoy segura de que Cristina Pedroche no es tal y como pareció ayer, tonta del bote, inútil y manipulable por cualquiera que se acerque a ella con dotes de mando. A mí me pareció un espectáculo bochornoso y no porque sea mujer -que desde luego- sino porque me molesta ver que alguien se vende a la complacencia del público con tal de ganar enteros en la escalada a la fama. Aunque igual es que soy yo la simple y aquí no hay mas leña que la arde, que también puede ser.

Lo más curioso de todo es que yo no tengo nada en contra de la ignorancia, creo que gracias a ella aprendemos y descubrimos las cosas, pero claro para eso hay que ser consciente de ella y hay que tener la intención permanente de ir minimizándola ya que estoy convencida de que mucha gente sabría más cosas si no pensasen que ya se lo saben todo.

¡Menos mal que aún les queda el Candy Crush en el móvil!

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